Bodega Palacio Quemado nace de una tradición familiar y un profundo amor por la tierra extremeña. Desde el siglo XVIII, cuando Bernardo Losada Pastor adquirió la finca con herencia de un pariente que vivió en Cuba, la familia Losada Serra ha cuidado y cultivado estas tierras, creando lo que hoy es uno de los referentes en la denominación de origen Ribera del Guadiana.
Manuel Losada Lazo y María Fernanda Serra, emprendieron un proyecto de viticultura en conjunto con la familia Alvear, otra familia española de gran tradición en la elaboración de vinos. Ambas familias compartían un sueño: producir vinos tintos de alta calidad en una región con gran potencial, aún sin explorar a fondo. Seleccionaron Extremadura como el lugar ideal para desarrollar vinos únicos, con el carácter propio del terruño.
En el año 2000, Palacio Quemado lanzó su primera cosecha, un hito que marcó el inicio de una historia de excelencia y dedicación. En 2015, la bodega se unió a la Asociación Grandes Pagos de España, una red de bodegas de prestigio que promueven los vinos de un solo viñedo. Esta afiliación refleja el compromiso de Palacio Quemado por producir vinos que expresen la autenticidad del suelo y el clima de cada parcela.
Hoy, Palacio Quemado se ha consolidado como un productor destacado en La Raya extremeña, generando vinos que representan el carácter inigualable de la Ribera del Guadiana. Cada botella refleja el esfuerzo de generaciones y el orgullo por una tierra con condiciones privilegiadas para el cultivo de la vid. Con una producción que honra la historia, pero también apuesta por la innovación, Palacio Quemado es sinónimo de vinos españoles de alta calidad.